LO QUE HAY

Ni 100 días

He recordado una escena que se hace hoy premonitoria. Dijo un tipo en la oficina: «Va un auditor y cuenta un chiste». «Sigue, sigue», respondieron los compañeros. «Ya está, ese es el chiste».

Y también me ha venido a la cabeza el dicho «Ese tiene el gusto en el culo, como las avispas».

He sacado estas viejas historias de la memoria al conocer el nombramiento de Mario Garcés como nuevo secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad. Un hombre, que a pesar de su historial académico y profesional, pertenece al gremio de los recortadores -no el de los toros en Portugal, sino el de los austericidas presupuestarios- con importantes servicios prestados al gobierno conservador, el de la miseria y la desigualdad.

Mario Garcés tiene además un perfil claramente administrativo, del que sus anteriores responsabilidades como auditor ya nos indican sus puntos fuertes y los aspectos más débiles que conformarán su nueva trayectoria. Porque no es fácil esperar sensibilidad ni proactividad, ante la pobreza o ante la violencia de género y el crecimiento de los delitos de odio, de un cargo público cuya especialidad es la gestión de las cuentas, en vez de la creación de esperanza y de políticas verdaderamente sociales.

Por tanto no cabe lugar para el optimismo ni para la paciencia. Y mucho menos cuando se trata de gestionar asuntos tan delicados como los Servicios Sociales o la Igualdad, que conforman su nueva misión. No parece que vaya a ser el nuevo secretario de Estado quien remedie el ahondamiento en la miseria y el abandono de los desfavorecidos provocado por el PP. Nada bueno se puede esperar de quien comulga con las ideas más neoliberales del gobierno conservador.

En política, es costumbre demandar al menos la confianza hacia los nuevos cargos durante los primeros 100 días. Tiempo que se supone necesario para que el interfecto o interfecta que acaba de ocupar su puesto muestre sus ideas y sus maneras. 100 días, respetados habitualmente incluso por los medios de comunicación.

Pero últimamente, con la pinta que tiene el percal, se hace muy cuesta arriba respetar este período de carencia en la crítica, debido a que los cargos públicos de las primeras líneas de gobierno son ocupados por personas con historiales claramente dudosos. No resulta fácil imaginar que quienes más necesitan el apoyo del Estado vayan a ver mejorada su penosa calidad de vida con nombramientos como este.

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LA YENKA

¿Se puede bailar con un concepto?

DERECHA. Hoy voy a intentar bailar la Yenka con algo tan abstracto como el diálogo. Una necesidad pregonada a izquierda y derecha desde la reciente investidura del presidente del Gobierno. Pero una cosa es alardear de diálogo y otra es mantener el machito del ordeno y mando desde el PP, con un nivel de chulería y provocación que ya no son de recibo. Aún no han aprendido que gobernar no es mandar.

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FILOSOFÍA IMPURA

Cuando el poder mata

Cierro hoy la miniserie de artículos dedicados a recordar algunos de los más significativos males del poder, trayendo a la palestra las malas prácticas de las compañías eléctricas, gasísticas u otras que, con la colaboración de los gobiernos, permanecen impertérritas ante la pobreza energética en España. Unas malas prácticas que matan, como siempre, a los más desfavorecidos.

Cierto es que entre leyes autonómicas, convenios y otras zarandajas absolutamente insuficientes, el poder político puede encontrar excusas para tapar su ineficiente proceder ante el gran número de muertes anuales, que algunos estudios sitúan por encima de las causadas por accidentes de tráfico.

Por eso no se entiende, que ante tanta muerte por pobreza energética, los gobiernos no actúen con la misma o más contundencia que ante la regulación del tráfico vial, con sus enormes inversiones en radares, gestión del carnet por puntos o campañas publicitarias.

Según el baremo que se utilice -el español o el europeo-, el número de afectados españoles por la pobreza energética podría situarse en unos 7.000.000 de ciudadanos. Aunque tampoco se libra la Unión Europea, en la que se calculan 54.000.000 de afectados.

Son cifras muy alarmantes, causadas por el egoísmo de las compañías energéticas -en cuanto a su papel de servicio público- y por la ineficacia de un poder político, tímido desde la izquierda y claramente vendido desde la derecha. No se entiende de otra manera la parquedad de las iniciativas legislativas autonómicas o municipales, así como la constante denuncia ejercida por el partido conservador contra estas leves actuaciones.

También viene a colación recordar que durante la pasada dictadura las compañías energéticas estaban nacionalizadas o intervenidas. Fue ya en democracia cuando, con la llegada del libre mercado, se produjo una privatización -seguramente innecesaria y desmedida- que no ha hecho sino incrementar salvajemente el precio de la energía y el poder de las compañías sobre la calidad de vida de nuestros ciudadanos. Se hace pues imprescindible que se vuelva a cualquier tipo de intervención que garantice estos servicios públicos a todos los hogares, sean estos ricos -que pueden pagarlos- o pobres.

Y todas estas crudas situaciones por exceso o por defecto -con ganadores que no respetan el medioambiente ni la salud o la vida de los demás, y perdedores que sufren en sus carnes la pérdida de la salud o de la propia vida- no hacen sino reafirmar el desprecio de los poderosos hacia los pobres, por mucho que el problema de escasez energética de esos millones de hogares se produzca cada año, con la llegada del frío, lo que no implica con precisión que las muertes producidas no resultan una sorpresa inesperada.

En filosofía, por muy impura que esta resulte, no se ha entrado suficientemente en cuestiones como la que hoy nos ocupa, que se creían ya superadas en los países desarrollados. Si acaso, habrá que hacer un tangencial acercamiento a los estudios sobre la calidad de vida, de los que hoy destaco el siguiente párrafo: «En la actualidad, el hecho ampliamente conocido de la degradación del ambiente y su repercusión sobre los grupos humanos, sobre todo a nivel de salud, ha conducido a reconocer que la situación debe abordarse desde una óptica social, política, económica, jurídica y cultural».

Quizá sea esta una magnífica ocasión para recordar al Sr. Rajoy que los ciudadanos no viven de la mejora del PIB, sino de alimentos, servicios de bienestar y condiciones adecuadas de vida. De nada sirven las medias estadísticas alcanzadas si la parte más débil de nuestra ciudadanía está en riesgo de muerte.

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LO QUE HAY

Súmate contra la violencia machista

Me cuesta encontrar nuevos argumentos que no haya escrito ya contra la violencia machista. Y me parecería incluso pueril traerlos aquí, insultando así la inteligencia de mis lectores, que saben de sobra que la violencia contra las mujeres, las violaciones, las palizas, el maltrato psicológico o los asesinatos son una lacra social, absolutamente falta de toda moral, de ética y de derecho legal y natural.

Así que hoy, día elegido en las redes sociales para aunar un grito contra la violencia de género, sólo me resta pedir que te sumes a esta acción reivindicativa y que practiques el activismo. En definitiva que te sumes a este movimiento, aunque sólo dure un día, porque contra la violencia hay que actuar con aldabonazos, como el que hoy se pretende.

Otro día -y muchos más, me temo- dedicaremos nuestros esfuerzos a seguir exigiendo la necesaria educación temprana a favor de la igualdad de género y contra la violencia machista; a demandar a los gobiernos una mayor implicación en leyes, medidas de prevención, ayudas y presión en toda la cancha; a denunciar -como cada vez- cualquier hecho de violencia machista que conozcamos; a seguir, en definitiva, luchando contra este gran mal de la humanidad hasta que acabemos con él.

Hoy sólo toca hacer ruido, el mayor posible. Hoy es un día elegido para levantar la voz ante la sociedad y decirle que ya basta de tanto crimen.

Puedes sumarte a nuestro grito utilizando la etiqueta #ContamosContigoEl15N, así como la general #PorEllas que tanto éxito reivindicativo ha alcanzado en el transcurrir del tiempo.

Yo también cuento contigo. Sin dudas. Hoy es el día de sumarte a una causa necesaria.

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LA YENKA

El mal perder

ATRÁS. Bailo hoy una afectuosa Yenka con Ana, la mujer que ayer sufrió una patada y un codazo de Valentino Rossi, cuando este iba por el paddock de Cheste con su scooter, tras una carrera en la que no consiguió subir al podio. La agresión de Rossi quedó grabada en vídeo y hoy circula por la red a todo meter. Mal, muy mal, por el temperamental corredor italiano. Y peor aún por algunos de sus seguidores que no han dudado en divulgar amenazas contra la agredida.

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LO QUE HAY

Neofascismo «made in USA»

A veces, cuando trasnocho, me gusta ver algún ‘late nihgt’ norteamericano, preferentemente los presentados por cómicos deslenguados que no temen meterse en la crítica más feroz a la política de su país. Algo así como nuestro Gran Wyoming, pero «made in USA».

Y entre todos esos programas nocturnos, afortunadamente con subtítulos en castellano, uno de mis preferidos es ‘Real Time’, dirigido y presentado por Bill Maher en la HBO.

Como es costumbre, el programa de anoche era en diferido. Aunque en este caso su relevancia consistía en haberse emitido originalmente antes de la elección de Donald Trump.

Y no se cortó Bill Maher en calificar al cateto presidente electo de fascista. Así, en seco y sin anestesia. Fascista, payaso, inculto y muchas otras lindezas más salieron de la boca del genial presentador, con argumentos que superaban por mucho al simple lanzamiento de epítetos gratuitos.

También se atrevió Bill a aventurar que Donald Trump ganaría las elecciones presidenciales, sustentando su previsión en un discurso terriblemente duro -aunque con humor todo entra más suave- que discernía sobre la decadente situación de las principales instituciones norteamericanas, que tanto alejan a sus próceres de las auténticas necesidades de la ciudadanía.

En definitiva, me resultó muy gratificante la libertad de expresión que, de momento, disfrutan en el país más poderoso del mundo, al igual que la valentía de las empresas editoras que la albergan.

Nada que ver, por ahora, con la autocensura que practican los medios, que por afinidad ideológica o por necesidades económicas -¡Quién ha visto y ahora ve al Grupo PRISA!- resultan incapaces de informar adecuadamente a la audiencia, así como cercenan gravemente la libre opinión del que va contracorriente.

No sin cierta sorna, despidió el programa Bill Maher, ante la posibilidad de que su futuro se quedara en entredicho. Disfrutémoslo mientras dure.

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LA YENKA

Perdone que insista

IZQUIERDA. No, no se trata de bailar la Yenka con el machacón Matías Prats y los anuncios de seguros que protagoniza. Hoy la bailo de nuevo con los gobiernos municipales o autonómicos de izquierda, que en su bisoñez y desconocimiento jurídico, están promulgando planes, leyes y disposiciones descabelladas en sí mismas por la incapacidad de transmitir correctamente sus intenciones. El que no sirva, a casa. Y que pase el siguiente.

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FILOSOFÍA IMPURA

Poder, dinero y pobreza

Traigo de nuevo el poder a esta serie de Filosofía Impura que escribo los jueves, motivado por la consolidación del neoliberalismo más salvaje que se prevé con la elección de Donald Trump.

Un neoliberalismo basado en el dominio absoluto del capital, con escasas normas de control, sobre la vida de los ciudadanos.

Así, desde lobos que parecían lobos -como Reagan- a lobos con piel de cordero -como Obama-, han cuidado de los más adinerados en detrimento de los más desfavorecidos. Una situación que se extiende rápidamente por Occidente, devaluando salarios a mansalva con la excusa de la competitividad, cuando en realidad están explotando un paro cada vez más frecuente e irreversible.

Con la explosiva mezcla de poder y dinero, se apoya decididamente una tecnología imparable que, en realidad, favorece muy escasamente a la ciudadanía, hechas sólo algunas salvedades como los avances en salud u otros de carácter social.

A pesar de parecer reaccionario, que no lo soy, me temo que la mayor parte de la investigación tecnológica está destinada a sustituir las funciones y la participación del ser humano en los medios de producción, en favor de máquinas y sistemas informatizados -cada vez más eficientes- que suplen su labor con creces. Se genera así más dinero, por ende más poder y, lamentablemente, más paro.

Yo mismo he sido testigo -en mi anterior y dilatada profesión- de cómo la modernización de las plantas de producción, se llevaba a cabo a través de la mecanización fabril y de la reducción de las plantillas. Parecerá una perogrullada comentarlo, pero es la clave de la situación actual de desigualdad social.

Se ha convertido así el puesto de trabajo en un bien cada vez menos disponible, por el que los potenciales trabajadores se ven obligados a luchar, cediendo en salario y derechos. Es la visión más injusta de la ley de la oferta y la demanda, pero situada ahora en la peor de sus aplicaciones.

Esta situación, creciente, imparable e insostenible, está consiguiendo que los más poderosos incrementen aún más su dominio de la situación económica y, en consecuencia, de la política. Aunque decaiga el bienestar tan esforzadamente alcanzado, aunque la prosperidad esté sólo destinada a unos pocos. Aunque los gobiernos no hagan absolutamente nada por equilibrar la sociedad, porque ni les va ni les viene, dominados como están por el cada vez más concentrado poder del dinero.

Y llegamos así a la pobreza generalizada, con porcentajes de excluidos sociales o en riesgo de serlo que no paran de crecer. Una situación que la derecha desprecia y que la izquierda es incapaz de gestionar, porque está por principio alejada de la dureza del capital pero, simultáneamente, no tiene herramientas para luchar contra tanta injusticia.

De hecho, la filosofía, por muy impura que parezca, lleva siglos ocupándose del estudio de esta imparable situación humana. Estudios que han aparecido mayoritariamente en paralelo a cada revolución industrial e intentando oponerse con otros tipos de revoluciones que hasta ahora no han producido el éxito esperado. Así, ya el poeta Alceo de Mitilene -Grecia, 630 aC-580 aC- nos describía el desprecio de las clases altas y medias por el vulgo y la plebe. Al igual que señalaba el poder del dinero como la causa del mal terrible e insoportable que es la pobreza, «capaz de domeñar a un gran pueblo, con su hermana Indigencia» (Mi agradecimiento al breve ensayo ‘Filosofía y Fenomenología del Poder, del profesor Francisco Piñón Gaytán, del que he tomado hoy las notas necesarias).

Queda claro pues que ante el crecimiento del poder y el dinero, con sus instrumentos de tortura social, la ciudadanía de a pié apenas ha tenido alguna que otra oportunidad de rebelarse, con actuaciones -a menudo históricas- cuyos beneficiosos resultados se han ido diluyendo en la nada con el paso del tiempo. ¿Cuál será pues el próximo gran movimiento de los desfavorecidos para salir de la miseria? ¿O el movimiento será realizado por los poderosos para deshacerse de tanta boca que mantener? Veremos. Sólo es cuestión de esperar. O de actuar.

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LA YENKA

Nuevos muros en el mundo

ATRÁS. Bailo hoy una Yenka de los más deprimente, con todos aquellos que como Donald Trump se empeñan en poner muros en un mundo que necesita renovarse de inmediato para salir de sus desigualdades e injusticias. Y ya sabemos lo que significa poner barreras a la libertad. Más miseria, más violencia, más desterrados de su propia tierra. Hoy no es un día para estar contento. Y pesan como piedras los pies. Así no hay quien baile.

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