ADELANTE. Bailo hoy una Yenka admirada con mi buena amiga Susana Gisbert, fiscal de violencia de género, activista de muchas causas sociales más y escritora, que ha vuelto a ser laureada al quedar finalista en el Certamen de relatos Beatriz Civera. Susana Gisbert, mujer de izquierdas y demócrata hasta las cachas va a necesitar con urgencia una nueva estantería para colocar todos sus premios literarios. Bien podríamos hacer sus muchos amigos y amigas una colecta para comprarle una en Ikea, que no creo nos dé para más.
Archivos Mensuales: septiembre 2017
Los mártires de Rajoy
El presidente Rajoy, al que nada debo y nada quiero, ha cometido uno de los más crasos errores de la derecha retrógada e inculta de nuestro país: crear mártires en Cataluña. De esa manera, la cantidad de independentistas o indignados se multiplica exponencialmente con cada movimiento represor del gobierno.
La Historia está llena de ejemplos como éste, en los que se nos indica claramente que la represión siempre acaba volviéndose en contra de quien somete por la fuerza. Es más, el represor, antes o después, suele caer como consecuencia de sus actos. Pero no parece Rajoy ni quienes le aconsejan buenos lectores, como tampoco aparentan tener más de dos dedos de frente.
No debemos olvidar que esta nueva época independentista de Cataluña se gestó tras la estúpida maniobra de D. Mariano, cuando denuncio ante el Tribunal Constitucional una reforma del Estatut de Cataluña, aprobada en referéndum legal y por las Cortes Generales.
Ese mismo día, empezaron muchos catalanes a manifestar su llamémosle martirio, cabreados hasta la médula por el enésimo desprecio de la derecha española. Y a partir de ahí, quien provocó a los catalanes fue incapaz -una vez llegado al poder- de resolver el conflicto creado, negándose una y otra vez al diálogo y al entendimiento.
Paradójicamente, hoy que el problema de Cataluña ya se ha enquistado y no parece tener solución, parece bien a todos los partidos políticos -incluidos los que en su día miraron hacia otro lado- que la Constitución Española sea reformada hasta conseguir el encaje de las comunidades autónomas en un nuevo modelo de Estado que responda a las diferencias culturales y económicas de nuestras regiones, históricas o no.
Y no hace falta extenderse más, pues todo lo acaecido hasta hoy mismo es conocido por todos.
En filosofía, impura como siempre que la utilizó para poner ejemplos que me ayuden a explicarme, hoy conviene recordar a Spinoza, sobre cuyo pensamiento ad-hoc se ha escrito: «No son tanto mártires de la verdad, como mártires de la libertad. Y si se les menciona para apoyar la libertad de consciencia, ello se debe a que el espectáculo que ofrecen empuja a la muchedumbre a la indignación; el poder mismo, por tanto, tiene un cierto interés en no hacer mártires». (mi agradecimiento al a Pierre-François Moreau, de cuyo libro ‘Spinoza. Filosofía, física y ateísmo’ he entresacado mis necesarias notas)
Como se ve, nada hay en común entre lo acaecido durante siglos con los criterios políticos de Rajoy ni con sus actos, propios de esa derecha reaccionaria que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a nuestro país. Y no olvido las malas artes de los gobernantes de Cataluña y sus acólitos, que no han tenido empacho en utilizar su metafórico martirio para pasarse por el arco del triunfo las normas democráticas más esenciales.
Perdedores en Cataluña
ATRÁS. Me toca hoy bailar una Yenka solidaria con todos esos catalanes que se niegan a la independencia, y que están siendo amenazados, insultados, perseguidos e incluso proscritos por unas hordas, que en su cerrazón, están forzando la máquina del Sí en el referéndum hasta límites que rayan en el fascismo. Acabe la cosa como acabe, estos prepotentes que castigan a sus hermanos lo tendrán que pagar. Y lo pagarán.
¡Más música!
Vi anoche, con retraso, uno de los capítulos de la serie «Pop» que ha producido Movistar+, y me uno a la denuncia de muchos de los músicos entrevistados sobre la caída en picado de los programas musicales en televisión. Otra cacicada más por culpa del gobierno.
Evidentemente, tal como se comenta con vehemencia en esta serie, la música cuya presencia se demanda con mayor profusión, no se refiere a los horrorosos «Talent Shows», entendiendo que los triunfitos, voceritos y otros plastas por el estilo no representan, ni por asomo, la cultura que el pop y el rock españoles han representado durante décadas.
Mientras, en cualquier «Late night» que se precie, en España o en cualquier otro lado del mundo, se incluye la música en directo, invitando así a los telespectadores a estar al día sobre lo que los jóvenes -y no tan jóvenes- nos proponen con sus diferentes estilos, siempre dentro de la modernidad.
Ese papel divulgador correspondió siempre a la televisión pública, que durante décadas tuvo en antena diferentes programas con los más actuales músicos y cantantes españoles y foráneos. Hoy, sólo la 2 de TVE guarda algún rinconcillo de interés, producido además por Radio 3. O sea, aprovechando los esfuerzos de otros.
Pues sí, como ya he dicho, esta carencia musicomoderna en la televisión pública, es una muestra más del desprecio que el gobierno del PP muestra por la cultura. En especial por la joven, que los conservadores aún parecen sentir como proveniente del diablo, castigando así a los que ni son ni serán nunca sus votantes.
Y es que el gobierno pepero de España es carca, autoritario y por ende represivo. No hay más que ver el desaguisado que ha ayudado a montar en Cataluña por su cerrazón ante los pequeños avances de libertad que suponía la reforma del Estatut, que una vez aprobado -esta vez sí con referéndum legal- por los catalanes, fue denunciado ante el Tribunal Constitucional por razones electoralistas cuando los conservadores estaban en la oposición.
Causa esta que incendió las latentes ansias independentistas, sobre las que el PP ha arrojado todos los acelerantes incendiarios posibles con su cerrazón al diálogo. Hasta el extremo de utilizar a los fiscales -me manera legal pero ilegítima- para reprimir todas las maniobras propagandísticas de los cafres que se empeñan en quitarnos a Cataluña de nuestro ánimo y nuestro patrimonio, sustituyendo con sus órdenes a los jueces, quienes en un estado de derecho deberían ser los únicos en autorizar registros y secuestros.
¡Más música, por favor! Que amansa a las fieras.
Vaguedades progresistas
IZQUIERDA. Bailo hoy una Yenka lamentable con los dirigentes de la izquierda masiva -PSOE y Podemos- que con su mucho hablar y poco hacer, no han sido capaces de movilizarse con la presión suficiente para reconducir el asunto catalán hacia un espacio de entendimiento. No toda la culpa es del inmovilista y represor Rajoy. La izquierda oficial española no ha dado palo al agua en este caso.
Unisex, segunda época
Ahora, que lo exige el guión para que hombres y mujeres seamos cada vez más iguales, vuelven los intentos por conseguir cada vez más productos unisex, indiferenciados en la tradición de los chicos con los chicos y las chicas con las chicas.
Pero conviene recordar una anterior etapa de moda unisex que alcanzó bastante éxito en los años 70 y 80 del siglo pasado, como continuación del movimiento hippie o como contestación a tantos años de represión social de la mujer y de la modelización de géneros, que siguieron a la Segunda Guerra Mundial o de la Guerra Civil Española.
En esa primera época unisex que cito, pantalones, casacas, bolsos, pañuelos de cuello, perfumes y otros productos, eran preferidos por una gran cantidad de jóvenes de ambos sexos, aún diferenciando tallas u otros detalles de aplicación.
Aún recuerdo mi etapa de músico popero, en la que las camisas ajustadas, los pantalones acampanados, las botas, los bolsos, el pelo hasta los hombros e incluso algún sombrero que otro, conseguían mimetizarnos en los lugares de encuentro con otros chicos y chicas con absolutamente la misma pinta, colores y estampados incluidos.
Y lo que no debemos olvidar es que la moda responde, generalmente, a muchas causas más que al simple capricho de los diseñadores. En muchas ocasiones, las tendencias de la moda no son sino una contestación a ciertas preocupaciones sociales, movimientos culturales u otros motivos.
Y ahora, que por fin parece haber un activismo generalizado en apoyo de la igualdad entre hombres y mujeres, que debe empezar desde la infancia y en los colegios, nos disponemos a vivir una segunda época unisex, que con un poco de suerte no morirá como aquella del pasado siglo.
Las razones son sencillas, porque a la exigencia de igualdad se suma la practicidad en el estilo de vida, preferentemente urbano. No en balde, las representaciones visuales de la ciencia ficción antigua, siempre ha representado a hombres y mujeres con el mismo aspecto práctico y ergonómico.
Pues ese futuro ya está aqui, y por cada mujer con falda hay decena que visten pantalones, camisetas o prendas de manga sueltas, como representación de las prendas tipo que abanderan lo unisex.
Así que larga vida a esta revisión del movimiento igualitario en la moda y en los objetos. Eso sí, sin olvidar que las chicas seguirán llevando minifaldas de infarto y camisetas de tirantes especialmente diseñadas para lucir las protuberancias neumáticas. Y teniendo en cuenta que la mujer ha adoptado los pantalones pero el hombre no la falda. Pero eso ya es otra historia.
¡Grande Rafa Nadal!
ADELANTE. Por encima de su último triunfo en el gran slam de EE.UU., bailo hoy una Yenka con Rafa Nadal por su perseverancia y pundonor, así como por su extraordinaria capacidad para reinventarse a sí mismo cuando ya muy pocos daban un duro por él. Ver a un tipo que lleva tantos años en el deporte volver al numero uno, con un juego poderoso, inteligente y muy físico, es todo un ejemplo. Y encima es buena persona, el tío.
Dentro o fuera del sistema
Visto lo visto en los arteros procedimientos seguidos por los diputados independentistas del Parlament de Cataluña, así como el dominio que ejerce la CUP desde su minoría, cabría preguntarse si los catalanes son conscientes de que su verdadera elección, en el caso de celebrarse, será sobre si permanecen dentro o fuera del sistema.
El peligro que corren los catalanes con su posible independencia es, precisamente, el de quedarse fuera del sistema, esa organización política, social y económica en el que actualmente -nos guste más, menos o nada- estamos inmersos los españoles, los europeos, los occidentales, con todas sus consecuencias.
La mayoría de los ciudadanos -entre los que me encuentro- apostamos por permanecer en el sistema, aunque muchos intentamos que en éste se realicen los cambios suficientes para que la democracia resulte más proporcional y efectiva en su estructura electoral y territorial, para que la desigualdad, el paro, la precariedad, la miseria y los agravios comparativos desaparezcan de nuestro país, hasta ponerse simplemente al mismo nivel que en otros países europeos. Un cambio profundo para que además de socializar las pérdidas, se haga lo mismo con las ganancias. Una reforma que, en definitiva, aporte una política fiscal y presupuestaria justa, que eso es la madre del cordero. Una evolución que bien podría pasar, además, porque el Estado pasara a ser una república.
Salirse del sistema es una opción, siempre que seamos conscientes de que la violencia -como causa o como efecto- es inherente históricamente a las grandes rupturas. Lo intentó ETA, matando y señalando a todos aquellos que consideraban enemigos de sus objetivos, aunque cayeran inocentes por el camino.
Y lo intenta ahora la CUP, con esas pintadas que invitan a los ciudadanos catalanes a señalar a los demás catalanes que no están por la independencia. Estas pintadas y los abucheos callejeros a cualquier mal llamado unionista ya son violencia, porque generan fractura social, discriminación y odio entre vecinos, amigos o familiares ¿Trae algún recuerdo histórico esta situación? Mal vamos por este camino.
Así que este es, en mi opinión, el auténtico dilema: dentro o fuera del sistema. Reflexionemos cada uno de nosotros y decidamos dónde y cómo queremos estar. Catalanes incluidos.
Un arreglito, por favor
ADELANTE. Más vale tarde que nunca, así que hoy me bailo una Yenka federalista con el Secretario General del PSOE, que anda promoviendo -parece que con cierto exito- una comisión en el Congreso de los Diputados que estudie el futuro panorama autonómico de nuestro país. Ojalá salga algo positivo de esta comisión y se pueda adaptar nuestra actual Constitución a las realidades de las regiones de España. Pero sin discriminaciones ¿eh?
Irma y el negacionismo
Cada gran huracán que azota las costas atlánticas caribeñas y norteamericanas es mayor que el anterior. Así, el actual y destructivo ciclón Irma se observa como el mayor de la historia en el Atlántico desde que se tienen datos.
Con 700 hilómetros de diámetro, 50 sólo en su ojo y vientos sostenidos de 300 kilómetros por hora, Irma arrasa por allá donde pasa. Sólo en la isla de Barbuda, los destrozos se evalúan ya en el 92% de las construcciones de la isla. Y las instrucciones de evacuación del sureste de Florida, superan por mucho a otras medidas de prevención tomadas en ocasiones anteriores.
Aún así, con pruebas tan cruentas como Irma que confirman el cambio climático, los negacionistas siguen campando a sus anchas, hasta situarse al frente de los EE.UU. con el enloquecido Donald Trump a la cabeza.
El negacionismo, sea sobre el cambio climático, el universo, el holocausto judío u otros asuntos claramente demostrados por la ciencia, por la historia o por el sentido común, es una burda posición cultural, social, política e incluso económica ante todo aquello que no se comprende o que afecta a los intereses más espúrios, adoptada por individuos o colectivos a los que seguramente les falta un riego, ya que se niegan a comprender, aceptar o a ser guiados por los que realmente saben de las materias puestas en duda.
Y ese negacionismo que tanto daño produce a la humanidad, se dio ayer un garbeo por el Parlament de Cataluña, en forma de un empecinamiento grosero y falaz que se pasó por el arco del triunfo todo tipo de leyes, normas jurídicas, procedimientos o actos de pura lógica. Una manifestación de la que podríamos llamar política genital, porque se sustenta en malas prácticas que a algunos les salió de las mismísimas partes.
En filosofía, tan impura como de costumbre en mis onanistas debates sobre el pensamiento, se considera que la cosa negada es, por deducción, tan obviamente cierta que el negador debe actuar motivado por la perversidad, malicia o ceguera obstinada. (Mi agradecimiento al filósofo y profesor Edward Skydelsky, de cuyas opiniones he tomado mis necesarias notas)
Los negacionistas suelen ser peligrosos, tanto porque actúan contra natura, porque cuando ocupan el poder descargan su fanatismo sobre los ciudadanos, sin preocuparles en demasía los descalabros que les puedan producir. Unos autócratas tarados, vamos.