ATRÁS. Me toca hoy bailar una Yenka solidaria con todos esos catalanes que se niegan a la independencia, y que están siendo amenazados, insultados, perseguidos e incluso proscritos por unas hordas, que en su cerrazón, están forzando la máquina del Sí en el referéndum hasta límites que rayan en el fascismo. Acabe la cosa como acabe, estos prepotentes que castigan a sus hermanos lo tendrán que pagar. Y lo pagarán.