ADELANTE. Por encima de su último triunfo en el gran slam de EE.UU., bailo hoy una Yenka con Rafa Nadal por su perseverancia y pundonor, así como por su extraordinaria capacidad para reinventarse a sí mismo cuando ya muy pocos daban un duro por él. Ver a un tipo que lleva tantos años en el deporte volver al numero uno, con un juego poderoso, inteligente y muy físico, es todo un ejemplo. Y encima es buena persona, el tío.
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