Ahora, que lo exige el guión para que hombres y mujeres seamos cada vez más iguales, vuelven los intentos por conseguir cada vez más productos unisex, indiferenciados en la tradición de los chicos con los chicos y las chicas con las chicas.
Pero conviene recordar una anterior etapa de moda unisex que alcanzó bastante éxito en los años 70 y 80 del siglo pasado, como continuación del movimiento hippie o como contestación a tantos años de represión social de la mujer y de la modelización de géneros, que siguieron a la Segunda Guerra Mundial o de la Guerra Civil Española.
En esa primera época unisex que cito, pantalones, casacas, bolsos, pañuelos de cuello, perfumes y otros productos, eran preferidos por una gran cantidad de jóvenes de ambos sexos, aún diferenciando tallas u otros detalles de aplicación.
Aún recuerdo mi etapa de músico popero, en la que las camisas ajustadas, los pantalones acampanados, las botas, los bolsos, el pelo hasta los hombros e incluso algún sombrero que otro, conseguían mimetizarnos en los lugares de encuentro con otros chicos y chicas con absolutamente la misma pinta, colores y estampados incluidos.
Y lo que no debemos olvidar es que la moda responde, generalmente, a muchas causas más que al simple capricho de los diseñadores. En muchas ocasiones, las tendencias de la moda no son sino una contestación a ciertas preocupaciones sociales, movimientos culturales u otros motivos.
Y ahora, que por fin parece haber un activismo generalizado en apoyo de la igualdad entre hombres y mujeres, que debe empezar desde la infancia y en los colegios, nos disponemos a vivir una segunda época unisex, que con un poco de suerte no morirá como aquella del pasado siglo.
Las razones son sencillas, porque a la exigencia de igualdad se suma la practicidad en el estilo de vida, preferentemente urbano. No en balde, las representaciones visuales de la ciencia ficción antigua, siempre ha representado a hombres y mujeres con el mismo aspecto práctico y ergonómico.
Pues ese futuro ya está aqui, y por cada mujer con falda hay decena que visten pantalones, camisetas o prendas de manga sueltas, como representación de las prendas tipo que abanderan lo unisex.
Así que larga vida a esta revisión del movimiento igualitario en la moda y en los objetos. Eso sí, sin olvidar que las chicas seguirán llevando minifaldas de infarto y camisetas de tirantes especialmente diseñadas para lucir las protuberancias neumáticas. Y teniendo en cuenta que la mujer ha adoptado los pantalones pero el hombre no la falda. Pero eso ya es otra historia.
Reblogueó esto en Meneandoneuronas – Brainstorm.
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