DERECHA. La benevolencia con que la violencia de la ultraderecha española es tratada por delegados del gobierno, policías, fiscales, jueces y políticos conservadores, me obligan a bailar hoy una Yenka con gente tan peligrosa. Ante la manera con que estos salvajes campan a sus anchas, sospecho que los fascistas agresivos siguen prestando servicios a la derecha española. Cuando sean encarcelados sin discriminación ideológica alguna, dejaré de creerme que están en la calle para encargarse de los trabajos sucios.