ATRÁS. Bailo hoy una Yenka solidaria con todos aquellos que además de no poder comprar una vivienda, ya no pueden ni alquilarla debido a la inflación desmedida de los precios de los alquileres. Son los otros sin techo, que sobreviven a cubierto gracias a sus padres o a sus abuelos. Una vez más, la picaresca de este país y la penosa abulia de los inspectores municipales y de los políticos que les mandan, llevan a millones de personas a renunciar a su independencia. Eso sí, pisos turísticos en alquiler y sitios web que los anuncian haylos por doquier, legales o no.