ADELANTE. Tanto rumor corrió ayer por los medios sobre el despido de Gemma Nierga de la SER, que me atrevo a bailar ya con ella una solidaria Yenka, como reconocimiento a una de las mejores profesionales de la radio española. Y también como protesta ante las dudosas decisiones que la primera cadena de radio de España viene tomando últimamente, influida seguramente por las manos negras que en la actualidad ocupan el poder en el Grupo PRISA. Salud y amor, Gemma, que dinero va a ser otro asunto.