ATRÁS. Bailo hoy una Yenka desesperada con todos aquellos que, entre celos profesionales y cainismo, son capaces de cargarse de un plumazo a nuestros mejores investigadores, como el reconocido oncólogo Manuel Hidalgo, que ha sido despedido fulminántemente de su puesto de trabajo sin escuchar siquiera la compatibilidad de sus nuevos proyectos ¡Qué inventen ellos!