LA YENKA

Naranjas ful

ATRÁS. Vuelvo a bailar la Yenka, y hoy lo haré con las instituciones europeas que han reducido los aranceles a la importación de naranjas sudafricanas, en detrimento de las ventas de las valencianas, a pesar de su inferior calidad y su inseguridad fitosanitaria. Demasiados eurodiputados españoles por el medio, en tan artera maniobra. Menos mal que somos socios de la UE.

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LO QUE HAY

Melodías Animadas de ayer y hoy

Las demoledoras declaraciones de Correa en el juicio de la Gürtel, se han encontrado no solo con todas las argucias legales posibles por los letrados del PP -en su intención de frenar o anular el caso-, sino también con la consigna del PP referente a que los encausados del partido pertenecen a una época anterior de la que los cuadros actuales pretenden no hacerse responsables.

«Yo estaba en COU», afirma el joven Casado, apoyando el argumentario y tirando balones fuera. Pero también olvidando que muchos de los que aún mandan en el PP y en el gobierno en funciones, presidente Rajoy incluido, ocupaban entonces altas responsabilidades y lo siguen haciendo hoy.

Cierto que algunos de los citados de soslayo como Acebes o Arenas, al igual que Álvarez Cascos -que abandonó el partido- apenas si tienen hoy responsabilidades institucionales de alto calado. Pero Mariano Rajoy, que estuvo, sigue estando y pretende continuar por más tiempo, impide por completo la credibilidad de la consigna del ayer.

Desde ser el responsable final de las campañas del PP en plena temporada de la colaboración de Correa con la central de la calle Génova, hasta su ceguera como presidente del partido ante los desmanes de Gürtel en diversas comunidades autónomas, pasando por sus continuados cargos en la cúpula de la organización conservadora, Rajoy no puede eximirse de la vigilancia que debió tener o de su mirada hacia otro lado durante las maniobras orquestales en la oscuridad que tanto han manchado a su partido.

Se hace pues comprensible que muchos socialistas se nieguen a prestarle su abstención para que consiga la investidura, como no se justifica en absoluto el apoyo positivo de Ciudadanos.

Menos bolos pues y reconozcan los directivos del PP que Mariano Rajoy no es el pasado del partido. sino un presente continuo que muchos ciudadanos no olvidamos.

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FILOSOFÍA IMPURA

Condenados al olvido

Hoy es uno de esos días tan paradójicos como lamentables. Días de premio y de olvido. Simultáneamente. Y, una vez más, la Unión Europea anda por medio

Es el día en que me he enterado de que la muy valiente y sacrificada ONG Proactiva Open Arms ha sido premiada en la Eurocámara con la distinción Ciudadano Europeo 2016. Un premio claramente merecido por su esfuerzo cotidiano en los salvamentos del Egeo, aunque saque a la luz el alto nivel de hipocresía de las instituciones europeas, ante la incumplida promesa de acogida a los refugiados de guerras como la de Siria.

Excepto algunos pocos países -que sí han recibido a gran cantidad de refugiados, generando crecientes protestas de sus conciudadanos-, los demás socios de la UE, España incluida, se han llamado andana, cuando no se han declarado abiertamente contrarios a la acogida.

El asunto de los refugiados ha servido, además, como excusa para el crecimiento de diversas organizaciones de extrema derecha o neonazis, eclosionadas del huevo de la serpiente. Incluso desde el propio gobierno de Hungría, por ejemplo.

Pero lo peor de todo esto es el olvido. Ni la mayoría de los medios de comunicación ni muchos ciudadanos reaccionan ya ante el sufrimiento de los refugiados que se apiñan en campos -más o menos de concentración-, haya pasado el rigor de varios veranos o el sufrimiento durante varios inviernos. Padezcan o no enfermedades, suciedad y hambre. Queden o no condenados los niños a una vida sin futuro o a la voluntad de las mafias.

Y lo mismo ocurre con los miles y miles de muertos que yacen en el fondo del Mediterráneo, ahogados durante travesías sin las mínimas condiciones de seguridad. Ya no recordamos cuántos muertos son, ni se revuelven los suficientes estómagos de espectadores para que tenga lugar la alarma social generalizada, que tan necesaria resulta en en el caso de los refugiados.

Eso es el olvido, el ostracismo al que se ven condenados los asuntos que se repiten casi cada día, hasta crear conchas de galápago en las mentes de gran parte de la ciudadanía y, por supuesto, de los gobiernos.

Como la violencia de género, el abuso de menores, el acoso y tantas otras injustas y abominables lacras sociales, que sólo son consideradas merecedoras de atención y lucha cuando algo ocurre. Hecha la salvedad de los activistas que diariamente se baten el cobre para terminar con semejantes desastres.

En filosofía, tan impura como antes de abrir este blog, aparecen fácilmente citas dedicadas al olvido de las masacres y las desventuras, como por ejemplo «El martirio de los inocentes sin nombre se convierte en discusiones políticas, o justificaciones de unos y otros, argumentos, estrategia, propaganda… Al final, el manto de los años cubre el horror inicial, del que va quedando apenas un remedo, un reflejo de reflejos que se pierden en la nada» (Mi agradecimiento al profesor Marcos Santos Gómez, de cuyo blog ‘Educación y Filosofía’ he tomado hoy las notas necesarias).

Sí, hoy ha sido un día de paradojas. Un día en que el premio concedido no será capaz de ablandar esas mentes tan duras que nos gobiernan sin piedad. Y, lo que es peor, sin justicia ni sentido democrático alguno.

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LO QUE HAY

La espera

Mientras ese amigo que sabe de tecnología en Internet me pone guapo el blog -con la intención de que yo pueda escribir artículos de mis diversas secciones habituales y clasificarlos-, toca hoy hablar, casualmente, de la espera. De esa agónica espera en la que tantos ciudadanos nos vemos inmersos visto lo visto en la clase política.

Parece ser que todas las miradas están puestas en el PSOE y en su deshojamiento de la rosa, que tiene muchos más pétalos que la margarita. Quizá por eso tardan tanto en convocar el Comité Federal que decida de una puñetera vez si se suicidan por la izquierda o se hacen el harakiri por la derecha.

Una espera, la socialdemócrata, propiciada por la aparente excusa de que cicatricen un poco más las heridas, pero que no evita que las posiciones sigan totalmente encontradas, como si fuera una extraña ceremonia en la que se debate en público de qué mal van a morir.

Y mientras el PSOE decide si se abstiene o no, permitiendo o negando la posibilidad de que Mariano Rajoy obtenga la investidura, en otros partidos van tomando posiciones para buitrear, más o menos leonadamente, la carroña que va dejando el socialismo oficial español por el camino.

Así, tras el reciente Consejo Ciudadano de Podemos, Pablo Iglesias y sus compañeros más fieles han optado por radicalizar aún más el posicionamiento de su organización, planteando a la vez que ellos son la auténtica oposición y que debe ser el miedo la emoción que se derive de sus actuaciones. Decisiones, más o menos impuestas por Iglesias, que no cuentan con la anuencia total de sus militantes y que dejan sin resolver el auténtico problema de Podemos: el reparto del poder.

Durante esta espera, salpicada de sangre, sudor, lágrimas y consignas varias, el PP va la suya. Es decir a la nada, como tiene por costumbre su apachorrado líder. Alguna salida de tono ocasional de su desabrido portavoz Rafael Hernando y poco más. Sólo tienen que esperar a ver pasar el cadáver de su enemigo.

Aunque esta inacción de los conservadores no resulta tan nadería como parece. La zapa del PP ante los procesos judiciales en que anda directa o indirectamente inmerso sigue su curso habitual. Es decir, pregonando su respeto a la justicia mientras sus abogados intentan torpedear por todos los medios los muy mediáticos casos Gürtel y Black.

De Ciudadanos, nada que decir. porque su postura ante la espera si está resultando de curva plana, seguramente anonadados por las encuestas que no hacen sino confirmar que su canibalización por el PP, sigue su inexorable curso. Ellos se lo han buscado.

En resumen, como pronto tendremos gobierno tras un año de incertidumbre, paroxismo electoral y descalabros varios. Un año en el que muy pocos han echado de menos la existencia de un gobierno que pueda actuar más allá de su actual situación en funciones. Un año, sí, durante el que el Partido Popular no para de crecer en votos y en intenciones futuras.

A este paso, hasta podrían renovar los conservadores la mayoría absoluta. Y de ser así, ni nos imaginamos lo que nos espera.

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LO QUE HAY

Pasar el mono

Pedirle a un escritor que no escriba, resulta tanto o más duro que la más represora de las rehabilitaciones. «No rehab», cantaba Amy Winehouse, reacia a abandonar los vicios que la llevaron a la muerte. Lo mío no es para tanto, pero tantos días sin escribir por falta de dónde hacerlo, más las convulsiones mentales provocadas por la abstinencia, me han llevado a crear -uno más- este blog que espero os resulte agradable.

Y voy sobre la marcha. De momento lo he titulado «Loquehayblog», rememorando mi columna más conocida. Y esa temática, la crítica social y política, será el sustento de este bitácora. Aunque no renuncio -aún no lo he pensado a fondo- incluir también otras secciones destinadas a mis habituales artículos de «Filosofía Impura» o a retomar los dardos a diestro y siniestro de «La Yenka».

Así que hoy sólo pretendo volver a presentarme en la sociedad lectora de los muchos articulistas que inundamos los medios con nuestra ambición de ser leídos, recordaros que sigo vivo y agradecer una vez más a mis queridos lectores la solidaridad que me prestaron cuando tuve que abandonar el diario digital en el que acostumbraba a escribir, prácticamente cada día.

Por mi parte, encantado de reencontraros de nuevo. Por la vuestra, haced lo que estiméis oportuno y leedme o no. En cualquier caso, yo quedo como siempre a vuestra disposición.

Aunque esta presentación quedaría coja si no soltara alguna andanada, pues de lo contrario el mero hecho de presentar mi nuevo blog quedaría un poco cursi.

Y la andanada es para el PSOE, obligado también a pasar el mono de sus propios descalabros, del lamentable espectáculo del pasado sábado y de la durísima travesía que le queda por delante.

Pero no resultaría justo quedarme sin desear a nuestros socialdemócratas la mejor de las fortunas para salir adelante.

No podemos permitirnos prescindir de una organización política de semejante calibre, aun recordando que un pasado brillante no garantiza el futuro. Y menos cuando sus propios dirigentes han malgastado el presente.

Otro día, más.

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