DERECHA. Bailo hoy una Yenka con toda mi chulería, para ponerme a la par con Rita Barberá -que no Rita «la cantaora»-, que ayer volvió a traicionar a sus compañeros municipales más próximos, echándoles la culpa de todo el «pitufeo». Anda, Margui, dale otro beso televisivo a tu despreciada amiga y haz de nuevo mutis por el foro.