Anda estos días revolucionada la sociedad catalana, independentista o no, porque los brutales recortes -peores que los de Rajoy- que implantó Artur Mas cuando regía le están saltando a la cara a un gobierno actual que no gobierna.
Así, médicos de atención primaria, abrumados por una carga de trabajo inasumibe; bomberos sin medios y con salarios insuficientes; profesores mal pagados o estudiantes que sufren las mayores tasas universitarias del Estado, se encuentran en huelga o manifestándose día sí y día también.
Y no sería de extrañar que próximamente sea la totalidad de los funcionarios de Cataluña quienes se pongan en pié de guerra, pues aún se les debe aquellas famosas pagas extras que dejaron de abonarse con la excusa de las carencias de las cuentas públicas.
Nadie debería olvidar, ni en Cataluña ni en el resto de España, que fue Artur Mas, un presidente de la derecha pura y dura, quien recortó salarios y servicios públicos en esa comunidad autónoma, con mayor avidez austericida que el gobierno central.
Y ese presidente autonómico, heredero del cargo que ocupó en su día el corrupto Jordi Pujol, no sólo mantuvo presuntamente el sistema de mordidas, sino que se salió por la tangente calentando el nacionalismo -hasta ese momento más o menos controlado- y provocando la demanda de independencia con la excusa de que los males económicos, que él mismo y su antecesor habían provocado con una brutal corrupción, se debían a que España robaba a los catalanes.
Así, un presunto ladrón, escogido por el mayor sinvergüenza de la historia de Cataluña, se envolvió en la bandera estelada y consiguió nublar la vista de muchos catalanes.
Pero las mentiras y los abusos políticos siempre acaban por salir a la palestra, estallando ahora en la cara de quien ocupa la presidencia autonómica. Quim Torra se está llevando todas las tortas derivadas de los desaguisados de la política económica de Artur Mas. Y Torra no parece ser un buen gestor ni fue colocado en su actual puesto para eso.
Comparados con el prepotente Artur Mas -cuya poderosa barbilla y su permanente pose de soberbia le delatan-, Torra y Puigdemont son sólo unos pardillos instrumentales que yerran en sus prioridades como gobernantes.
Hola José, como siempre encuentro en tus comentarios una carga de verdades y me gusta leerte : es una pena lo que era Catal7nña y especialmente Barcelona a lo que es hoy dia , parte culpa de sus gobiernos y más parte del gobierno del pp que la han hundido en el sentido literal de la palabra, son más radicales los de Madrid que los Catalanes separatistas , el 155 ha hecho mucho daño a los catalanes , y los partidos Cs y Casado pp estan arruinando a toda cataluña , se les fue de la mano y ahora no hay dios quien arregle este desaguisado, pp dictador y soberbio , y los ptros Cs politicos de poca vergüenza que lo unico que quieren es montarse en los sillones para trepar. Un abrazo.
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