FILOSOFÍA IMPURA

Seguridad nivel TIA

En este país de Mortadelo y Filemón, ha tenido que venir un aficionado a dejar en entredicho las medidas de seguridad para la protección de nuestros Jefes de Estado, presidentes de Gobierno, sus familias y otros personajes de alto valor político.

Mientras en Cuba Fidel se salvó de más de 600 atentados -la mayoría de ellos, ridículos-, o en EEUU y en la Unión Europea los servicios secretos montan espectaculares operativos de seguridad para proteger a sus presidentes e invitados, aquí un tirador de estilo olímpico y titulado en seguridad privada que nunca ejerció, ha sido quien ha dejado con el trasero al aire a todos los cuerpos de seguridad, al CNI y a todo aquel que ostente la responsabilidad de la seguridad de nuestros máximos próceres.

Y ni siquiera se le detectó, aun habiendo realizado sus pruebas de enfoque y tiro sobre el rey desde una habitación del Hotel Palace, situado frente al Congreso de los Diputados. Para partirse de risa, si no se tratara de un asunto tan grave.

Tuvo que ser él mismo, Santiago Sánchez Ramírez, quien hizo su denuncia en los medios de comunicación, mostrando vídeos que evidenciaban los fallos de la seguridad establecida en múltiples ocasiones. De inmediato, una vez conocida su hazaña, fue detenido por aquellos mismos que días antes habían quedado en el más absoluto de los ridículos.

Tras su detención, se encargó la Audiencia Nacional -la que entiende los casos de terrorismo- de instruirle una causa por si las armas utilizadas para el ensayo -y otras encontradas en su poder- eran de guerra, lo que está terminantemente prohibido.

Tuvo Sánchez Ramírez la suerte de que le tocara el juez Fernando Grande-Marlaska, que al menos es bien conocido por su inteligencia y bien hacer. De hecho, fue absuelto el francotirador ful, al demostrarse con evidencias que sus armas ni eran de guerra ni, en su mayoría, estaban útiles para el disparo, pesquisas que bien podría haber deducido quien le detuvo, tras la inspección ocular y científica de su casa. Otro error más que ha atentado -ahora sí- contra los derechos del arriesgado francotirador. ¿Venganza por el ridículo padecido? ¿O simplemente otro «a buenas horas, mangas verdes»?

En filosofía, tan impura como siempre y más en este caso que bien podría haber llevado Ibáñez a sus viñetas, se entiende que la Seguridad (con mayúscula) no existe, pero las que sí que existen, taxativamente, son «las inseguridades». Y ahí radica el buen uso de los principios y las acciones de prevención, que tan necesarias son en todos los ámbitos de la vida y de la sociedad.

Afortunadamente, se ha cerrado con éxito este caso, más propio de la TIA de ficción que de la realidad. Tendrían que haber felicitado al francotirador por dejar al descubierto tanto fallo de seguridad durante años. Pero en este país dominan los cainitas.

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2 comentarios en “Seguridad nivel TIA

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