LO QUE HAY

El juicio de los ERE, examen final

En pocos días va a comenzar en Andalucía unos de los juicios más importantes y mediáticos por su perfil político, en el que se juegan su futuro los expresidentes autonómicos Chaves y Griñán.

Por este motivo y otros varios más, creo que hoy me voy a meter en un jardín que me puede costar más de un amigo y bastantes lectores, pero si no lo escribo reviento. Máxime cuando uno se declara de izquierdas y no le hace demasiados ascos al PSOE.

Pero lo que está a punto de acontecer en Andalucía no es sino el colofón de décadas de unos gobiernos socialdemócratas, que habiendo tenido tiempo más que suficiente, han resultado tremendamente fallidos e ineficaces, dados más al clientelismo -necesario para tapar la miseria de la que no han sido capaces de sacar a su tierra y seguir consiguiendo votos para mantenerse en el machito- que al necesario avance de una región endémicamente pobre y subdesarrollada.

40 años -esa cifra maldita en nuestra historia- de gobierno socialista son muchos y más que suficientes para que en Andalucía se hubiera construido un tejido productivo necesario para el trabajo digno de sus ciudadanos y para homologarse con la mayoría del resto de las autonomías españolas.

Pero no. Nada más lejos de la realidad. Mucha izquierda y mucha zarandaja para nada. No se ha creado industria suficiente. El I+D+i andaluz brilla por su ausencia. La tierra sigue sin ser para el que la trabaja -¡menudo socialismo!- y la derecha más insultante, nacional e internacional, campa allí a sus anchas, junto a otros turistas más torremolineros, utilizando unas lujosas estructuras turísticas atendidas por andaluces mal pagados.

Este y no otro es el lamentable resultado de tantos años de gobierno de un partido que va a pasar sus exámenes, siendo históricamente la comunidad autónoma con mayor índice de paro -junto a Extremadura, otra que tal anda- y viendo como sus dos últimos expresidentes se van a sentar en el banquillo para responder de chapuceras corruptelas y de otras mejor organizadas, que no supieron o no quisieron ver.

Un examen, que en caso de condena, va a resultar una evaluación final, impropia para un partido que se dice de izquierdas y que cada día nos defrauda más a los que creemos que el desarrollo es el resultado de la voluntad política y de la complicidad de los pueblos; a los que defendemos la justicia social y a los que, inocentemente, creemos que el socialismo consiste en repartir la riqueza.

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